Articulo de opinión por: Econ. Violeta Torres Farfan
En el Perú, las micro y pequeñas empresas (Mypes) son el pilar del empleo y la producción, pues representan más del 99% del tejido empresarial formal inscrita en la Superintendencia de Administración Tributaria (SUNAT). Sin embargo, a pesar de su importancia, al cierre del 2023 se reportó que más de 233,000 Mypes desaparecieron en los últimos diez años, una cifra alarmante que refleja las dificultades de este sector. El gobierno es responsable de este escenario, por su inacción ante las necesidades urgentes y problemas exacerbados por la pandemia de COVID-19.
Las mayores pérdidas ocurrieron en el sector manufacturero, triplicando las cifras del año anterior, según datos del gremio de las Mypes. Aunque el gobierno implementó programas de apoyo, como Impulso MYPERÚ y una serie de compras directas, estas acciones no han dado resultados positivos. Esto afectó directamente el empleo formal, dado que este sector tiene una demanda alta de mano de obra productiva y comercial. El otro sector más afectado es el comercio minorista, que incluye bodegas y pequeños comercios que enfrentan dificultades de liquidez e inseguridad social, por lo que no han podido superar la etapa de supervivencia de sus negocios, lo que ha llevado a muchos a cerrar el emprendimiento o pasar a la informalidad. ¿Se pudo haber evitado este fuerte impacto? ¿Qué acciones faltaron para apoyar a las Mypes?.
Si bien es cierto que existen leyes específicas para promover el desarrollo de las Mypes , como la reciente legislación de mayo de 2024, la realidad indica que no basta con crear normas. Se necesita una planificación que articule el trabajo de todas las entidades involucradas, para que las leyes no sean simplemente barreras burocráticas, sino herramientas efectivas de crecimiento. Además, organismos como el Ministerio de la Producción, INDECOPI y SUNAT deberían coordinar sus acciones para un acompañamiento integral a las Mypes, en lugar de operar de manera aislada.
También es crucial que las Mypes fomenten una cultura de educación continua, implementen innovación y adopten nuevas tecnologías para mejorar su competitividad y productividad. Siendo así, y teniendo en cuenta que el futuro de las Mypes depende de un enfoque integral que vaya más allá de la mera creación de leyes, es necesario plantear objetivos claros y medibles para evaluar el impacto de las políticas implementadas, de modo que se asegure su efectividad. ¿Será posible con ello revertir este escenario tan negativo?
Detener la desaparición de más Mypes es fundamental para el crecimiento económico y generación de empleo en el país. Para lograrlo, es necesaria una colaboración más estrecha entre el sector privado, el Estado y las instituciones educativas, promoviendo una cultura tributaria y de financiamiento que facilite a las Mypes acceder a créditos con tasas competitivas. Además, deben impulsarse programas de digitalización y capacitación en tecnologías modernas, para que se adapten a las nuevas demandas del mercado.
La supervivencia de las Mypes es crucial para la estabilidad no solo económica del Perú. Se hace evidente que el país necesita priorizar políticas públicas que promuevan un entorno empresarial más favorable, acordes a las necesidades reales de cada región y localidad. Si no se toman medidas urgentes, el impacto no será solo económico, sino también social, ya que muchas comunidades dependen de estas micro y pequeñas empresas para mantener su cohesión y calidad de vida.
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